Oliver Alonso Andino Ortiz es un guerrero por excelencia que disfruta cada momento de su vida. A sus 18 años, con una pierna amputada, libra una dura batalla por vencer el cáncer de hueso que padece. El ha dado todo de sí para ser ejemplo a otros que no existe ninguna razón para no seguir luchando…se ha dedicado a crear hermosas pinturas, a tocar su guitarra, a reír y a hacerse amigos de los niños de la sala del hospital.
Gracias a gestiones de la Fundación, también disfrutó la oportunidad de cumplir su sueño de conocer a los jugadores del Club Olimpia, como su más fiel seguidor. La alegría no se hizo esperar y en medio de las frases de aliento del equipo y la sonrisa de su madre Yessica María… Oliver agradeció al Señor por tanta bendición.